Los colombianos se definen por ser personas emprendedoras, personas que no paran ante las adversidades de la vida y personas que hacen hasta lo imposible por tener a su familia en buenas condiciones. Si bien es cierto, hay quienes dentro de sus luchas obtienen de manera más rápida resultados, mientras otros deben esforzarse un poco más tiempo, pero esto, muchas veces se debe a la actitud de la persona frente a su problema, más que al tamaño del problema. La historia de hoy nos ayudará a entender que cuando se tiene una buena motivación y una buena actitud, cualquier tropiezo en el camino se convierte en un impulso hacía la meta.
Adriana Marulanda, madre de una niña de 18 años con síndrome de Rett, (para quienes no saben esta es una enfermedad huérfana que afecta la forma en cómo se desarrolla el cerebro y causa una pérdida progresiva de las habilidades motoras y del habla), es una mujer rebuscadora que decide emprender con dos proyectos diferentes debido a la condición de discapacidad de su primera hija llamada Camila y a la falta de oportunidades en empleos que se ajusten a los tiempos de quienes la vida escoge para que sean madres cuidadoras, porque para este grupo de emprendedores y rebuscadores las cosas son a otro precio.
