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Las Memorias Vivas de Barrios Unidos se unieron en caudal cultural y de armonización

Por: webmasterlocal2
Publicado el: Junio 2025
Portada ilustrativa del evento "Encuentro Cultural Indigena de Memorias Vivas de Brrios Unidos"

 

10:36 am. Centro Comercial Metrópolis. La tarima y las sillas enfrentadas esperan impacientes el caudal que se forma del junte de los ríos de la Estrella Fluvial Colombiana. El Encuentro Cultural Indígena de Memorias Vivas es el primer evento liderado por las comunidades indígenas de la fundación Saberes Ancestrales y otras comunidades independientes que habitan en la localidad de Barrios Unidos. 

Esta organización empezó desde 2023 y tiene como objetivo dar a conocer sus costumbres y formas de vida a través de la artesanía, la música y la comida, para hacer permanecer la memoria viva de las comunidades.  

Antes que nadie, le pregunto a María Luisa Obando por la exposición de fotos que aún esperan ojos que las vean. Ella impaciente también espera alguien a quien mostrárselas. Sólo yo me acerco.Estas son fotos del pueblo Yanacona del que hago parte, me dice. 

Me presento, le extiendo la mano. No obtengo respuesta. Está mucho más interesada en mostrarme el álbum familiar que representan para ella estos pendones. Ven y te muestro”, dice. 

Pendones con imagenes del territorio y la comunidad Yanacona del sur del Valle del Cauca, Colombia.

El pueblo Yanacona nace junto con los ríos de la del Macizo Colombiano, al sur del departamento del Cauca, en el suroriente del país. Son un pueblo de montaña, de casa de bareque y techo de paja, crían animales y se encuentran en cabildo por la defensa del territorio desde hace años en la ciudad de Bogotá. 

En esa foto estoy yo con mi amiga, eso es ya en Bogotá, me explica, señalando la foto de arriba a la derecha. Que eso fue ya en Bogotá, durante la grabación de un documental hace muchos años. 

Sus palabras son suaves, el tono bajo y medido, abrigadito, la narración llena de las memorias de cada montaña, amigo, hermano y animal que me señala con el dedo, el cual sigo obedientemente 

Circulo de iniciación del Encuentro Cultural Indígena de Memorias Vivas

11:30am. Pasa el tiempo y visitantes del centro comercial pasan sin hacer mucho caso de lo que aún no comienza, algunas mesas se contentan con dos o tres personas que ya las ocupan con sus mantas, abrigos y artesanías. No es costumbre nuestra comenzar a tiempo: el evento comenzará cuando tenga que comenzar. 

Todo, ambientado por la música de aires que suena por los altoparlantes, toma poco a poco el ritmo de la música. Se acelera por momentos, se suaviza, se agranda o simplemente se detiene. 

En esa espera, Manyulo, líder del grupo embera dovida (la gente del río) cruza mi mirada varias veces. Nos saludamos bajando levemente la cabeza, sin acercarnos, con la cordialidad de extraños. Mientras escribo en el suelo frío del centro comercial, me ve con mayor sorpresa pues soy el único en esa extraña posición, rodeado de los cables que, sin darme cuenta, necesito para hacer viva mi memoria que ya se ha extendido a los celulares, computador y libreta de apuntes. 

Todo esto sucede antes de nuestro encuentro principal. Me paro a extenderle la mano. Nos saludamos. 

Manyulo líder indígen de la comunidad embera dabida de Barrios Unidos

Manyolo me recuerda la tranquilidad que siempre han emanado las comunidades indígenas en este tipo de eventos. Una tranquilidad que se corresponde con la prudencia y calma con la que los pueblos de la nación Embera han tenido que afrontado las adversidades que han tenido que vivir desde antes que llegara a Bogotá. Acá la situación no ha sido diferente, pues deben continuar en constante resistencia para no dejar olvidar sus costumbres, lenguas y modos de vida.  

Manyulo vive entre su tierra chocoana, húmeda y alegre, y el nuevo territorio en Bogotá, que se ha creado con el esfuerzo de los años y la perseverancia. Aun así, visita todos los fines de semana su rincón del pacífico para mantener la conexión con sus costumbres, saberes y familia. Cada semana llega con las memorias nuevas y revividas para seguir sembrándolas acá, en Barrios Unidos.  

Al poco rato termina nuestra interacción, no sin antes recordarme que la unión que mantiene toda la Nación Embera, con todo y sus diferencias, es posible mientras se sigan recreando todas sus costumbres, comidas y danzas en la ciudad. Intuyo que para que esto siga sucediendo, estos eventos son fundamentales. 

Mujer indígena realiza su maquillaje tradicional para presentaicón musical

12:07. Empezamos el espacio de armonización. Alrededor de las plantas, el agua y la tierra que nos rodea, los que ya llegaron y algunos curiosos que pasaban por el centro comercial, nos ponemos en un círculo. Nos limpian las manos, el cuerpo entero, el alma y se dicen algunas palabras. Por encontrarnos en un lugar cerrado, prescindimos del humo de los tabacos enrollados que permanecen silentes en el suelo. 

Ahora sí estamos listos para compartir la comida, comprar las artesanías y observar las fotos de los pendones. 

De entre la pantas que se usaron para el ritual de inicio, decido agarrar algunas, después de que Maria Luisa lo sugiriera. Me llevo las que me recomienda lamayora del pueblo pijao, a quién le pido que me brinde aquellas que me sirvan para curar el dolor que me dejó la muela que me quitaron días antes. Me las entrega, olvido los nombres al acto, son denominaciones regionales diferentes a las mías, palabras que no había escuchado nunca, y no las retengo. 

- ¿Ésta?, le pregunto, con ganas de agarrar otras plantas y llevármelas. 

Ya no me ve, así que agarro la equivocada y me quedo con un ramo de ruda que en la tarde dejaría marcas en mi piel. 

Después de este comienzo, el evento se desarrolla con normalidad. Comemos lechona, envueltos de plátano y bebemos chicha al ritmo de bailes y música. 

De derecha a izquierda: Líder indígena y mayora indígena en el encuentro de memorias vivas

Y fue así como la memoria viva, que son lo mismo que las costumbres que se reviven y repiten constantemente, tomó fuerza y cuerpo una tarde del mayo en el Centro Comercial Metrópolis.